Los trapenses aplican a su vida la regla de San Benito de Nursia (nacido alrededor de 480 d.C.). Dicha regla propone un estilo de vida evangélico mediante la organización de una vida monástica sobria, día tras día. Lo mismo sucede a día de hoy. La regla de San Benito se ha expandió ampliamente por Europa hace alrededor de mil años, especialmente por parte de la orden de los cistercienses, fundada en Francia en el año 1098.
Abadía La Trappe
A lo largo de los siglos siguientes, el deseo de una sobriedad incrementada llevó a realizar reformas. Esto ha dado lugar a la fundación en el siglo XVII de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia. Esto tuvo lugar en la abadía francesa La Trappe, en Normandía. Los monjes que formaron parte tomaron el nombre de trapenses. Todas las abadías trapenses miembros de la AIT pertenecen a esta orden.
« San Benito de Nursia propone que sus monjes vivan en comunidad, complementando la oración y la lectura con el trabajo manual (“Ora et labora’’). Esta introducción del trabajo manual, impregnado de sentido espiritual fue revolucionaria. Han aprendido a buscar la madurez y la santificación dentro de la compenetración del recogimiento y el trabajo. Esta manera de vivir el trabajo nos hace estar más atentos y ser más respetuosos del medio ambiente, impregnando de sana sobriedad nuestra relación en el mundo. »
Papa Francisco, junio de 2015